Productos gigantes en publicidad: el impacto de esta estrategia visual

Seguro que te ha pasado: vas caminando por la ciudad y de repente te cruzas con una zapatilla del tamaño de un coche, un bote de champú como una cabina de teléfono o un pintalabios que roza la farola más cercana. Lo primero que piensas es: “¡qué locura!”. Lo segundo, probablemente: “voy a hacerle una foto”.

Y ahí está la clave.

Estas campañas forman parte de una tendencia de marketing experiencial que está cobrando fuerza en todo el mundo: los productos gigantes en publicidad están invadiendo el espacio urbano con un objetivo claro. Detrás de esa “exageración” visual hay mucho más que ganas de sorprender. Hay estrategia, branding y una conexión directa con cómo consumimos hoy en día.

Campaña de Maybelline en Nueva York (@marketingaudiovisual1460)

¿Qué buscan estas campañas?

1. Captar atención en un mundo saturado

Vivimos rodeados de estímulos visuales, tanto online como offline. Las marcas luchan por segundos de atención en el scroll, en las calles, en cada esquina. Y lo gigante, lo inesperado, lo que rompe con lo habitual… hace que te detengas. Aunque sea por curiosidad.

Los productos gigantes en publicidad funcionan como hooks visuales: detienen, despiertan interés y se graban en la memoria.

2. Generar contenido viral sin pagar por clics

Estas acciones están pensadas para que la gente las fotografíe, las grabe y las comparta. El marketing gigante en la calle es también contenido para redes sociales, solo que creado desde lo físico.

Y aquí es donde la estrategia se afina: si el producto gigante tiene una frase ingeniosa, una ubicación llamativa o una activación divertida, el alcance orgánico puede dispararse. Es una forma de invertir en presencia de marca sin tener que depender del pago por publicidad digital constante.

3. Reforzar el mensaje de marca desde lo emocional

Una botella de perfume gigantesca no solo quiere que la veas. Quiere que la sientas importante, imprescindible, grande en tu vida. Estas acciones refuerzan el mensaje de marca de forma emocional: lo exagerado comunica valor, impacto, protagonismo.

Además, muchas de estas campañas apelan al humor, a la sorpresa o incluso a la nostalgia, lo que genera conexión real. Y una marca que conecta, permanece.

4. Posicionar la marca como creativa e innovadora

Si algo tienen en común este tipo de campañas es que son atrevidas. Y esa osadía comunica algo muy poderoso: “mi marca se atreve a pensar diferente”.

En un mercado donde muchas empresas siguen apostando por lo seguro y lo estándar, este tipo de ideas ayudan a posicionarte como una marca fresca, actual y memorable.

¿Y qué pasa si no tengo presupuesto para crear una zapatilla del tamaño de un camión?

Buena pregunta. La respuesta es: no hace falta tenerlo.

Lo interesante de esta tendencia no es solo la ejecución física, sino la lógica que hay detrás:

🔸 Cómo convertir lo cotidiano en memorable.

🔸 Cómo exagerar (visualmente o conceptualmente) el valor del producto.

🔸 Cómo salir del molde para que la gente te vea, te entienda y te recuerde.

Desde Pit Lane Advisors nos encanta aplicar esta forma de pensar a cualquier proyecto, grande o pequeño. A veces basta con una idea creativa bien llevada, sin necesidad de inflar nada (más que la imaginación).

En resumen:

Los productos gigantes son mucho más que una moda visual. Son una herramienta estratégica que combina marketing experiencial, contenido viral y posicionamiento de marca. Y, bien pensados, son accesibles para todo tipo de negocios, no solo las grandes multinacionales.

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